DESDE INTERNET... CON HUMOR
   

En esta sección te pondremos al día en cuanto a lo que "humor de 
internautas" se refiere. Como sabes, internet es una fuente inagotable
de información, y si quieres divertirte un poco, también puedes 
encontrar chistes e historias para no dormir, como esta, sacada de una 
página web cualquiera de entre las miles que hay. 






Un amigo que vino a Madrid, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas,
aprovechó la ocasión para comprarle unas. Entró a una óptica, eligió un
modelo y lo pagó. Al marcharse, en lugar de coger la caja que contenía 
las gafas, cogió una muy similar y que contenía unas bragas que, 
seguramente, alguna cliente de las que había estado en la tienda se 
acababa de comprar. Sin percatarse del error, mi amigo envió la caja a 
su novia junto con una carta. La novia, extrañada al recibir tan 
peculiar presente, leyó la carta, que decía:

Querida Ana:

Espero que te guste este regalo, sobre todo por la falta que te hacen, 
ya que llevas mucho tiempo con las otras que tenías y éstas son cosas 
que se deben cambiar de vez en cuando. Espero también haber acertado 
el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y me enseñó 
las suyas, que eran muy parecidas. Entonces yo, para ver si eran 
ligeras, cogí y me las probé allí mismo.
No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en 
los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que sabes que tengo unos 
rasgos muy alargados.
Una chica que había allí me las pidió, se quitó las suyas y se las 
probó para que yo viera el efecto que hacían. Las vi estupendas, me 
decidí y las compré. Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos 
y, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen.
Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir siempre con las 
viejas y más ahora que has estado un tiempo sin llevar ninguna. Si te 
están muy pequeñas me lo dices, que si no te van a dejar señal cuando 
te las quites para ir por la calle y todo el mundo va a notar que las 
tienes.Ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que vayas
andando y se te caigan. Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a 
dejártelas por ahí y las pierdas, que tienes la costumbre de llevarlas 
en la mano para que todos vean  tus encantos.

En fin, para qué te voy a decir nada más, que estoy deseando vértelas 
puestas. Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte. 

Un beso.   

Javi Muelas / M. Coloma