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HISTORIAS REALES
   

El chico de las fotocopias

Para evitar malentendidos al encargado de la fotocopiadora (casado 
y con un hijo), que podría costarle el divorcio, e incluso graves 
alteraciones físicas, se ruega encarecidamente a todas la señoritas,
que cuando le soliciten fotocopias, lo hagan con propiedad y 
completando las frases, pues con frecuencia y por el indebido uso
de la lengua española se han producido situaciones "embarazosas"
para el encargado de la fotocopiadora. A titulo de ejemplo se citan
algunas de las frases más comunes:  

- Por favor mira si puedes hacérmelo lo más deprisa posible, pues 
también esta esperando mi jefe. 
- Házmelo como la otra vez. 
- Hazme cuatro, pero bien, como tú sabes. 
- Házmelo por los dos lados. 
- Anda bonito, házmelo a mi primero. 
- Házmelo a mi que lo mío es más urgente. 
- Sácamelo, que se vea lo mejor posible. 
- Si no cabe todo, lo reduces un poco. 

Y la más reciente. Estando la fotocopiadora ocupada haciendo 
bastantes fotocopias, llega una chica y dice: 

- ¡Ay con la prisa que me corre! ¿No me lo puedes meter en medio
y me lo haces en un momento? Anda, por favor métemelo en medio y 
me lo haces en un periquete sin que se entere la otra.

Ni que decir tiene que se lo hizo y que la otra no se entero;
pero por favor no le pongáis en más apuros. 


Un vuelo entretenido

Esto también parece ser una historia cierta. En un vuelo, cuando 
están iniciando la maniobra de descenso, el capitán les dice a los
viajeros que estarán en tierra en veinte minutos, pero se olvida
de apagar la megafonía. Al cabo de unos segundos, todos los 
pasajeros pueden escuchar perfectamente al capitán diciendo "Lo
que me apetece ahora es una taza de café y una mamada." Una de 
las azafatas, al oírlo, va a la cabina a avisar, y entonces uno 
de los pasajeros dice "Señorita, se olvida el café.". Podéis 
imaginar las carcajadas que hubo en el avión.
Esto sucedió (supuestamente) en una prestigiosa universidad hace
algún tiempo. En una clase de biología, el profesor estaba 
hablando de los altos niveles de glucosa (azúcar) hallados en el 
semen.



Una mala pregunta


Una jovencita (novata) levantó la mano y preguntó:

- Si le he entendido, está ud. diciendo que hay un montón de glucosa,
 como azúcar, en el semen masculino?

- Es correcto - respondió el profesor, y fue a añadir información
estadística.

Levantando la mano de nuevo la chica preguntó:

- Entonces, por qué no tiene gusto dulce?

Tras un silencio toda la clase estalló en risas, la cara de la 
pobre chica se volvió roja, brillante cuando se dio cuenta lo que
había dicho inadvertidamente (o más bien a propósito), tomó sus 
libros sin decir una palabra y salió de la clase... para nunca más
volver.

Sin embargo, mientras cruzaba la puerta, la respuesta del profesor
sin inmutarse y totalmente serio fue:

- No tiene gusto dulce porque las papilas gustativas para el dulzor
están en  la punta de tu lengua y no al fondo de tu garganta.

Manu Coloma