AL CINE
SHAKESPEARE ENAMORADO


Shakespeare es un escritor que ha cuajado primorosamente en el 
cine a lo largo de su historia. Sus dramas, comedias y tragedias 
han sido siempre una fuente recurrente de la que el cine ha bebido 
por medio de numeros�simos directores y guionistas. Recientemente
 han sido el magn�fico director norirland�s Kenneth Branagh 
( Enrique V, Mucho ruido y pocas nueces, Hamlet) y el anglosaj�n
 Franco Zefirelli ( Hamlet, Romeo y Julieta) quienes han renovado
 y reverdecido a su manera, con estilos bien dispares, al escritor
 ingl�s. Tom Stoppard, guionista del film, ha llegado m�s lejos: 
recrear, ficticiamente por su puesto, el idilio amoroso que mantuvo 
William Shakespeare durante la elaboraci�n de su tragedia "Romeo
 y Julieta". Sin duda alguna "Shakespeare in love" es la m�s 
shakesperiana pel�cula jam�s hecha: su misma historia alterna 
el lementos tr�gicos, c�micos, dram�ticos, de enredo - tan usados 
por Shakespeare - que fluyen en cada una de las secuencias de la 
pel�cula por medio de una mara�a de personajes, cada cual m�s 
epis�dico, siguiendo la l�gica narrativa teatral en donde se 
articulan escenas, formando actos. Y por supuesto est� el f�rreo 
hilo conductor, al que se supeditan todos las dem�s situaciones 
y personajes: la historia de amor entre el dramaturgo ingl�s y 
Viola Lesseps. John Madden consigue darle entidad a semejante
gui�n con una esmerada y soberbia realizaci�n que otorga al montaje
 un papel primordial, en donde se incluyen secuencias montadas 
paralelamente realmente inteligentes e ingeniosas, y una h�bil
 direcci�n de actores, tanto principales como secundarios 
- �qu� decir del delirante papel de Geoffey Rush? - Es en este 
sentido uno de los mejores encuentros entre cine y teatro que
 hayamos visto en mucho tiempo, exceptuando a esa obra maestra
 que es "Hamlet", de Kenneth Branagh. Quiz�s el �nico defecto 
estriba en un uso, en ocasiones, demasiado teatral del encuadre
 espacial por el que se desenvuelven los actores, muy reducido,
 que hubiera ganado ampliand�se, tal y como lo hace Branagh en 
"Mucho ruido y pocas nueces", pel�cula que con certeza habr� 
tomado Madden como referencia (de hecho la banda sonora sigue 
el mismo estilo que marc� el genial compositor Patrick Doyle).
 De todas formas esta trivial consideraci�n no enturbia para 
nada al c�mputo global de una pel�cula que har� las delicias 
del buen amante del teatro cl�sico y de cualquier espectador
 que quiera pasar un rato divertido saboreando y contemplando
 un cine de alta calidad. 



LA VIDA ES BELLA



La primera cuesti�n que suscita "La vida es bella"  es si se 
merece la cantidad de menciones, distinciones, premios y 
recientemente las siete nominaciones a los Oscar. No he tenido
 la ocasi�n de ver todas las pel�culas nominadas y aquellas con
 las que compet�a en lo distintos festivales europeos y 
estadounidenses, por lo tanto, no tengo respuesta, pero si puedo
 garantizar que Roberto Benigni ha hecho una de las mejores 
comedias dram�ticas vistas en mucho tiempo, con m�s de una 
similitud con "El cartero", otra deliciosa comedia dram�tica.
 El realizador italiano estructura su pel�cula en dos partes 
bien diferenciadas: los intentos de Guido, por enamorar a una 
humilde y encantadora profesora, y los avatares del propio Guido 
y su hijo en un campo de concentraci�n. En la primera parte de 
la historia Benigni da una sabia lecci�n de c�mo poner los 
elementos de la puesta en escena al servicio de la narraci�n,
 al mismo tiempo que los utiliza para crear una desbordante 
comicidad. Cuando empiezan a agudizarse las actividades 
antisemitas - estamos en plena Segunda Guerra Mundia1 -, 
que ata�en directamente a padre e hijo por ser jud�os y que
 terminar�n por recluirlos en un campo de concentraci�n, la 
realidad ser� contada con humor y de forma imaginada para que
 el ni�o afronte la cruda situaci�n que le rodea con optimismo
 y decisi�n. Este h�bil recurso propicia un buen n�mero de 
conmovedoras y divertid�simas secuencias dentro del campo, en 
donde la l�grima y la risa no est�n re�idas, puesto que lo que
 en teor�a nos tendr�a que producir tristeza est� contado de 
forma humor�stica. La realizaci�n de Benigni es muy sencilla 
pero pr�ctica, pues vista la calidad y la minuciosidad del gui�n, 
muy mal hubiera tenido que colocar la c�mara para desestabilizarla.
 El mismo Benigni est� espl�ndido en su emocionante y tierna
 interpretaci�n, una especie de c�mico en el que se funden la 
inocencia - tan propia de Charles Chaplin - y el idealismo de 
Frank Capra, que tanto pregonaba en sus comedias. A Benigni tan
 s�lo le hace falta una llave, un sombrero, un coche... para
 hacernos sonre�r. Quien ya haya visto la pel�cula sabr� de qu�
 hablo, y quien no, tan s�lo tiene que ir a comprobarlo. 

Jose A. Planes