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Es la fuente total de mi deseo que me que quema, me corroe, me levanta del suelo y despierta salvajemente mi imaginaci�n calcinando cada silencio con el eco de su nombre, elevando mi concepto de felicidad a otro lugar m�s alto, donde la pasi�n hace latir al mundo. Es el fuego que emana de sus pechos redondeados, es la fuerza de su melena de serpientes retorcidas, embriagadas de primavera ; es la frescura de sus labios carnosos acogiendo una sonrisa silenciosamente provocativa. Es el cielo y el infierno en un mismo cuerpo, la llamada del diablo que me invita a provar el pecado. Mi manzana, mi deseo, que le den a otro mi parcela en el cielo porque esta noche pecar� y no habr� arrepentimiento ; no pedir� clemencia a ning�n dios celoso, tan s�lo libertad. Libertad para recorrer su piel con la barca alada de mi deseo ; remar y remar por cada curva de su cuerpo y sentir el fuego bajo mi barca al navegar sobre su universo . Libertad para emborracharme con la sal de su mar revuelto, para bucear en su fina piel erizando cada momento en un estremecedor silencio. Y en la c�mplice oscuridad avanzar a golpe de remo, y naufragar por fin en mitad de ese escondido oc�ano donde mueren los amantes abrazados al calor y al silencio. Nocturno

EL BOSTEZO

Una de g�ngsters Joe estaba sentado en un sill�n orejero en la playa. Vestido de impecable blanco y rojo. De la aguas sal�� un tipo con un malet�n. - Buenas Jhonny - Buenas... la has traido toda? - Si El tipo abri� el maletin y Jhonny tom� una de las patatas que all� hab�a, la cort�, y se restreg� un poco de la idem en las paletas. - Es buena, es realmente buena- dijo mirando al Tipo. D�nde esta el Joe el esturi�n? Dijo jhonny. - El tipo dijo se�alando al mar, est� viendo la tele. - Pues corre a por �l, joder! No podemos hacerlo sin �l. El tipo asinti�, y pasado un cuarto de hora, mas o menos, apareci� de entre las aguas, s�lo. Jhonny salt� de su sill�n ( ya era medio d�a) y se dirigi� hacia el tipo, que se secaba el agua de su ropa. Arregl�ndose su inmaculado traje le dijo a la oreja: �tu me quieres joder?, �es eso?, �me quieres joder?, �pues yo te puedo joder m�s a ti...Con esto �ltimo ya le hab�a puesto la pistola en la sien. Continu� hablando e intentando relajarse. -�Don-de es-ta el es-tu-ri-�n? El tipo miro al suelo y le respondi�: - El esturi�n se ha aho gado. -�Qu����?, �Joe ha muerto??? Se le desorbitaron los ojos. El tipo asinti� con pena. Jhonny mir� al cielo y grit�: - ����Por queeeeeee!!!!!. Estall� a llorar y se abraz� al tipo quien tambi�n estall� a llorar. - �Yo le guardaba la pistola en la guarder�a - balbuceando entre l�grimas- y le contaba los muertos en el cole...�Dioss, el esturi�n a muerto!...�Con qui�n jugar� al contrabando ahora...? Ll tipo le abraz� y, fundidos en un aura de pena y confraternizaci�n, rebosados por sus l�grimas se miraron y as� abrazados en la arena se miraron a los ojos y se besaron, enamorados. Caminaron cogidos de la mano por la orilla... ya al atardecer, mientras una tuna reci�n salida del mar les acompa�aba cantando los clavelitos. Moraleja: Todo en esta vida lleva al amor. Micha�l Rocamora

PUNTO DE VISTA

Suele decirse en periodismo que, si un perro muerde a un hombre, no es noticia, pero que, si un hombre muerde a un perro, s� lo es. Esta vez, fue el perro el que mat� al ni�o. La noticia fue tan noticia que la sociedad espa�ola se ha visto lo suficientemente afectada por ella como para que se haya impuesto la moda de los bozales. Ahora, los perros grandotes llevan bozal, y el correspondiente due�o los aleja de los transe�ntes con un fuerte tir�n de correa de cuero. Cuando el perro saluda, menea el rabo. Cuando el hombre saluda, agita la mano. Cuando el perro se cabrea, gru�e y muerde. Cuando el hombre se cabrea, puede ser capaz de hacer cosas muy feas. El perro ha aprendido del hombre a lo largo de la historia y se ha convertido en su animal de compa��a por excelencia. Pero el hombre no aprende del perro. Los dos han cometido un peque�o error al hacer eso, pero el error del perro no puede considerarse como tal, porque el perro es un animal, y el hombre otro distinto, pero racional. Esa racionalidad hace que, a veces, el hombre utilice al perro para descargar su violencia interna y que, tambi�n a veces, el hombre adiestre al perro para cabrearle, para que gru�a y muerda. El perro es tan fiel a su amo que claro, gru�e. Y muerde. Es entonces cuando surge la pregunta: �fue el perro el que mordi� al hombre?�Fue el hombre el que mordi� al perro? O quiz�s, �fue el hombre el que mordi� al hombre a trav�s del perro? Adri�n Ortiz