Silvio Rodríguez
Óleo de mujer con sombrero
Una mujer se ha perdido,
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura,
debajo de mí,
se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar,
veo una luz que vacila,
y promete dejarnos a oscuras,
veo un perro ladrando a la luna,
como otra figura,
que recuerda a mí,
veo más veo que no me halló,
veo más veo que se perdió
La cobardía es asunto
de los hombres no de los amantes,
los amores cobardes no llegan
a amores ni a historias,
se quedan allí,
ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar
Una mujer innombrable,
huye como una gaviota,
y yo rápido seco mis botas,
las bebo una nota
y apago el reloj,
que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción
Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del medio
y yo que no soy bueno,
me puse a llorar,
pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir...
En el concierto tan recordado de "Mano a Mano", en las
ventas de Madrid, con Luis Eduardo Aute, esta canción
fue una de las que con mayor emoción el público cantó,
acompañando con su voz a al entrañable cantautor cubano.
Silvio, según nos cuenta en su misma biografía, escribió
esta canción a una mujer que se perdió en el mundo de la droga.
Desciendes por bocas de metro, por alcantarillados, bajo
tuberías, entre agujas, empieza a faltarte la piel.
Decides ir por debajo de la ciudad, niegas una realidad
atestada de coches, nadie sabe dónde estás, sólo tienes
una canción que te aparece, cuando te extrañas de que
aún te surja la risa, que te pide que alojes otra serie
de pensamientos que difieran de tu obsesión por conseguir
más de ese polvo blanco que logra ponerte en pie, una
canción que pertenece a otro tiempo, otra mujer que eras
tú, y murió en tu propio recuerdo.
Carmen Pérez Milá