Silvio Rodríguez
Te doy una canción
Cómo gasto papeles recordándote
cómo me haces hablar en el silencio
cómo no te me quitas, de las ganas
aunque nadie me vea nunca contigo.
Y como pasa el tiempo
que de pronto son años
sin pasar tú por mí
detenida.
Te doy una canción
si abro una puerta
y de la sombra sales tú,
te doy una canción
de madrugada,
cuando más quiero tu luz,
te doy una canción
cuando apareces
el misterio del amor
y si no apareces,
no me importa
yo te doy una canción
Si miro un poco afuera
me detengo,
la ciudad se derrumba
y yo cantando,
la gente que me odia
y que me quiere
no me va a perdonar
que me distraiga,
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen
ni te sienten.
Te doy una canción
y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar
te doy una canción
con mis dos manos,
con las mismas de matar
te doy una canción
y digo patria
y sigo hablando para ti,
te doy una canción
como un disparo,
como un libro
una palabra,
una guerrilla
como doy el amor.
Nos ocurre sólo a veces, casi siempre en días como estos en los que
tenemos aún más cosas que hacer. Es otoño y pateamos absortos las
mismas calles que nos ven vivir, chocando contra individuos grises
y serios que circulan por las mismas aceras que nosotros, sin decirnos
nada o tal vez menos que en otras ocasiones, en los que amanecíamos
más contemplativos. Es el frío que abstrae al más observador de
aquellos detalles, que en otras estaciones le hubieran parado a
curiosear y al amanecer en su agenda colores para llevárselos después
contento a su trabajo.
Ahora nos resulta más atractivo el buen café de las 11 y su cigarrito,
permaneciendo ajenas al homenaje que nos ofrecen las cosas simples, y
es entonces, en un coche perdido en el atasco, desde cualquier bar
ahuecando jarras con los amigos, o sumergiéndose en la humanidad urbana
del transporte público, cuando suena esa canción en la que con pasmosa
brevedad reconocemos en música y letras, algún lugar, alguna persona,
...la vida.
La canción pertenece a Silvio Rodriguez, de su disco "Te doy una
canción", se la dedica a su musa por excelencia, a la que dedicó
canciones tan grandes como "ojalá" y a las que debe en parte su
triunfo como cantautor cubano.
Carmen Pérez-Milá